Alianza perfecta: Protocolo e Inteligencia Emocional
por Estela Saldain
Cuando se transita por el mundo del Protocolo y el Ceremonial, se necesitan de diferentes herramientas que permitan un desempeño eficiente y gestionen un entorno de cordialidad y buenas maneras.
Un negocio a punto de concretarse, un encuentro inesperado, un desafortunado intercambio de palabras o el elogio más afortunado, deberían de tener el mismo modo en su respuesta. En tiempo pero no apresurado, correcto y sin producir más dudas, lo suficientemente claro para no generar malas interpretaciones, una escucha atenta, un momento de empatía.
Inteligencia Emocional: ¿qué la compone y qué es?
Muchas personas pueden poseer algunas de las características citadas anteriormente. Aproximándose al concepto, se puede decir que se entiende como inteligencia: a la capacidad de pensar de manera abstracta, de conocer y adaptarse a las experiencias.
Por su parte la emoción ocupa la conciencia y el pensamiento de una forma casi automática. Cuando la inteligencia analiza, las emociones simplemente se manifiestan estando en todos los momentos de la vida.
Mientras que el buen manejo de las emociones proporciona una vida emocionalmente sana, la inteligencia ofrece una faceta social que tiene relación con la buena gestión de la misma.
Al hablar de Inteligencia Emocional, se hace referencia:
al conjunto de habilidades por las que se perciben, se generan y se entienden las emociones con el objetivo de regularlas de manera adecuada, para incentivar el crecimiento intelectual y emocional.
Inteligencia + Factor Emocional = Inteligencia Emocional
Protocolo e Inteligencia Emocional
De manera tácita, el Protocolo y la Inteligencia Emocional están unidos; tanto para quienes han hecho del Protocolo su profesión como para la sociedad en su conjunto.
Cuando se asiste a un evento sea oficial, público o privado se está presenciando una historia, la que los anfitriones han elaborado para compartir con los invitados. La inteligencia emocional estará desde el comienzo del relato al considerarse qué contar, cómo, para quiénes, las características de ese público y las emociones que los harán sentir. El Protocolo estará presente para contribuir a moderar las emociones desde sus procedimientos, estableciendo las normas de conducta adecuadas para la ocasión.
Se debe de recordar que la inteligencia emocional posibilita no sólo conocer las emociones propias, sino también las ajenas y de ahí su importancia de uso para el Protocolo. Para quien trabaja en esta área incorporar una herramienta como la inteligencia emocional, proporciona pensar y sentir al otro. Ello posibilita que las sugerencias que realice a los diferentes públicos con los que trabaja, hagan que éstos se distingan y obtengan el éxito de forma más notoria.
La óptima gestión de las emociones en cualquier persona es importante y muy especialmente en un profesional de Protocolo, de quien depende directa o indirectamente la aceptación y el aplauso para otros.
Muy interesante.