MISCELÁNEAS DEL CEREMONIAL Y PROTOCOLO
Por Laura Norma Viña
FRANCIA Y SU LEGADO
La Cultura de la Puntualidad
Luis XVIII fue el primer monarca de la restauración borbónica en Francia y, a pesar de su corto reinado, se enfocó en fortalecer a los Borbones en el poder, apoyó a los Borbones en Italia e intervino a favor de Fernando VII para sofocar una revolución en su contra y devolverle el trono. Su gobierno fue una monarquía constitucional, a diferencia del antiguo régimen absolutista, y promulgó la Carta, que funcionó como una especie de Constitución para Francia. También se destacó por sus intentos de reconciliar a los partidarios monárquicos con los republicanos y los bonapartistas, respetando determinadas causas de la Revolución. Su política de conciliación fue exitosa hasta su muerte.
Por los motivos de todo este introito, asumo debió ser la inspiración que esta agitada vida política requirió que Luis XIII determine la regla fundamental de respeto irrestricto del Código de Cortesía: La Puntualidad; ya que se le atribuye a este monarca el apotegma: «La puntualidad es la educación de los reyes» y este otro: “La puntualidad es deber de caballeros, cortesía de reyes, hábito de gente de valor y costumbre de personas bien educadas”. Esta máxima de respeto, indica a las claras, que, en primer lugar, quienes deben dar el ejemplo de no malgastar el tiempo o la vida de los demás, son las más altas autoridades o jerarquías.
En nuestra cultura, en el área corporativa e institucional no se admite la impuntualidad, quedando aceptado o tolerado solo en la esfera social, los famosos quince minutos de demora. De todos modos, tal actitud no nos exime, en ese ámbito, de una debida justificación y las consiguientes disculpas.
Empero, para algunas otras culturas, la puntualidad reviste ciertas particularidades. Es por ello, que, en el mundo de las interrelaciones comerciales, el protocolo empresario prevé aquellas situaciones que puedan suscitarse sobre el tema de referencia. Se infiere que la “impuntualidad” deviene de ciertas pautas culturales:
Para los principios musulmanes, retrasarse es propio e indicador de quien tiene más riqueza, poder o se considera más importante que el anfitrión. Sin embargo, no es respetuoso retrasarse ante su visitante.
En China, la puntualidad en los negocios es fundamental. Pero, si somos invitados a una cena o comida de negocios, debemos ser impuntuales. Es decir, desde el punto de vista chino, retrasarse unos cuantos minutos, entre 10 y 15, por ejemplo, es sumamente oportuno y es un detalle de consideración hacia el anfitrión, permitiéndole contar con más tiempo para estar preparado y poder demostrar su prestigio y reputación en el recibimiento.
En términos generales, para los latinoamericanos es una cuestión de percepción. Resuelven la puntualidad según su criterio y circunstancias. Por ejemplo, en ciertos países, el término “ahora”, “ahorita” y “ahoritita”, revisten una diferencia temporal muy significativa. En otros, el horario de cita de una celebración, es interpretada como media hora de anticipación a la misma, para dar tiempo a los que vayan llegando al encuentro.
Por lo que concluyo resaltando que, todo acto de impuntualidad constituye un mensaje y dicha conducta repetitiva, crea un mal hábito.
Laura Norma Viña
@lauraprotocolo