Comunicación para consolidar empresas responsables y sostenibles.
Por Sandra Orjuela Córdoba
La empresa actual debe enfrentar desafíos y compromisos no sólo de tipo financiero y económico, sino también a nivel social, ambiental e incluso en el orden tecnológico, respondiendo a las expectativas de sus diferentes stakeholders en pro de trabajar por un Desarrollo Sostenible.
La Responsabilidad Social Empresarial es un tema que ha tomado una especial relevancia desde hace varios años, tanto en el ámbito empresarial como en lo económico y social. Su definición ha ido evolucionando desde la filantropía, pasando por la inversión social, la solidaridad, compromiso social, acción social y la ciudadanía corporativa, sin olvidar también los temas de gobernanza y sostenibilidad.
Sus diversas conceptualizaciones encuentran elementos comunes que dan la plataforma hacia lo que es la RSE apalancándose en la voluntariedad, la transparencia, la ética empresarial, la relación con todos los stakeholders y el abordaje desde el triple bottom line (social, económico y ambiental).
Comunicando la RSE
Cuando se piensa en cómo comunicar la RSE, se debe comenzar por pensar en la estrategia, por lo que el primer paso debiera ser el acercamiento al mapa de stakeholder con el fin de lograr un entendimiento más global y profundo de la dinámica comunicacional a nivel interno y externo, así como de la organización con su entorno. Cada empresa y líderes deben conocer en profundidad cuáles son los stakeholders con los que se comunica; su perfil y necesidades de contenidos; relacionamiento e identificación de su dinámica social, así como definir sus objetivos de identidad, imagen y reputación.
En definitiva, la comunicación aporta en la construcción de la realidad y en la cohesión con su entorno y con sus diversos públicos de interés. Es un proceso transversal a toda la organización, no son sólo acciones dispersas, sino el modelo de gestión y estrategia que permite hacer sinergia entre la identidad, cultura, procesos y reputación; además logra alinear desde la comunicación interna y la externa.
La comunicación permite conocer y reconocer al otro, entenderlo y buscar puntos de encuentro para articular una relación de valor entre todos, su gestión permite generar confianza y credibilidad hacia lo que está desarrollando la empresa desde el punto de vista del negocio, como desde sus relaciones y vínculos con sus stakeholders, creando marcos de referencia para un diálogo abierto y sincero. Aporta en la transformación de cultura que requiere la organización para interiorizar la Responsabilidad Social en su ADN identitario. Coadyuva en lograr la legitimidad frente a su entorno y mercado, así como en presentarse desde la transparencia y la ética como bases de gestión.
La Comunicación Estratégica y la Responsabilidad Social Empresarial comparten enfoques, metodologías, principios y metas, que pueden generar una doble gestión con esfuerzos compartidos, si se logran armonizar para una gestión más eficaz y eficiente para las dos áreas logrando intención, acción y reacción de acuerdo a los objetivos propuestos por la organización.
Reflexiones finales
La Responsabilidad Social Empresarial y el Desarrollo Sostenible, no son temas que se pusieron de moda de repente o que se volvieron tendencia en la actualidad, sino que han evolucionado en el tiempo y constituyen un modelo para gerenciar las organizaciones, buscando garantizar a través de la gobernanza, la permanencia del negocio, mediante la construcción y apoyo de una sociedad más equitativa, inclusiva y justa, comprometida con el medio ambiente, el respeto por los empleados y sus familias, apoyando el comercio justo en la relación con sus proveedores, logrando una relación de corresponsabilidad con los gobiernos locales y nacionales, estimulando el consumo responsable, logrando transparencia en sus procesos y en toda su cadena de valor.
El reto es bastante alto, pues no sólo es mantener sus operaciones limpias y transparentes, sino generar calidad de vida y aportes a sus públicos internos, externos y a la sociedad en la cual desarrollan el negocio en pro de entornos equitativos, justos y sostenibles.
En conclusión, las empresas tienen un papel protagónico en el reto de alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible para 2030: erradicar la pobreza y el hambre; asegurar la buena salud; garantizar la educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el agua potable y las energías limpias; promover el trabajo decente y desarrollo económico, construir infraestructuras resilientes, inclusivas y sostenibles; reducir las desigualdades; convertir las ciudades en asentamientos humanos sostenibles; asegurar la producción y el consumo responsable; combatir el cambio climático y sus efectos; conservar la vida bajo el agua y proteger, restaurar y promover la vida en la tierra; promover la paz y el acceso a la justicia para todos y revitalizar la alianza mundial para el Desarrollo Sostenible. En este contexto el diseño de las buenas políticas y modelo de gestión basado en la RSE, será fundamental para desarrollar y alcanzar los ODS.
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