COLUMNISTASManuela Alejandra Laynes

«La Educación: La Clave para Transformar la convivencia en todos los espacios»

por  Licda. Manuela Alejandra Laynes 

 

La educación es un derecho humano, así lo menciona la Declaración Universal de Derechos Humanos en su Artículo 26. Este Artículo, si bien refiere específicamente a la obligatoriedad de la educación primaria de manera gratuita y universal, no está solamente dirigido a niños y niñas, sino a todo ser humano para que se le permita su pleno desarrollo. 

Guatemala actualmente se encuentra en uno de los Índices de Desarrollo Humano más bajo de Latinoamérica (0.633) según el informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 2022.  Este índice está compuesto por indicadores de salud, educación y nivel de vida. La educación que aparece en estos indicadores, es catalogada como el motor de desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para lograr la paz. Una persona con los conocimientos que permite adquirir la educación, podrá hacer un mejor control y manejo de sus emociones ante cualquier circunstancia que se le presente en la vida. Asimismo, la educación permite el enriquecimiento de la cultura, amplia la mente, refuerza los valores y eleva su espíritu, aportando a mejores relaciones humanas. 

Ya les he contado que mi madre tiene una venta de comida en un campo de fútbol y es una relación constante no solo con los jugadores, sino también con los “profes” o árbitros que cuidan que se cumplan cada una de las reglas futbolísticas en cada encuentro.  Sin embargo, hay algunos juegos que son más álgidos que otros, pues hasta se han dado conatos de violencia por no estar de acuerdo con las decisiones de los árbitros.  

Platicando con uno de estos profes, le preguntaba si en todos los campos es igual la situación, a lo que me contestó que no. Según él, depende la zona donde esté ubicado el campo de fútbol así es el nivel educativo de las personas que se participan allí.  Esto podría parecer un estereotipo, pero según su experiencia, manifiesta que los ánimos se pueden caldear, pero las personas que participan en una de las canchas donde trabaja, las cuales tienen educación media o superior, en la mayoría de ocasiones se controlan de una mejor manera. Caso contrario se da en el lugar donde nos encontrábamos durante la pequeña charla, pues son obreros y personas que tienen menos grados de escolaridad. Sus reacciones son de violencia verbal, amenazas y hasta golpes.

La educación se da durante toda la vida, es un constante círculo que inicia con la educación en el hogar.  En este espacio, aprendemos aspectos valiosos como el respeto a la autoridad, los valores, el saber abordar a otras personas que no son nuestros familiares o amigos. Aprendemos las reglas de las buenas relaciones y las normas de conducta que luego son reforzadas en la escuela, a través del relacionamiento que tenemos con nuestros maestros y compañeros. Si los padres o familiares no tuvieron la vivencia de una familia integrada, con valores y acceso a esta educación, difícilmente podrán facilitarles esas herramientas a sus hijos. 

Incluso, el deporte mismo, es una forma en la cual se puede educar a los niños, jóvenes y adultos, pues permite reforzar el compañerismo, la solidaridad, la disciplina, la aceptación de las reglas del juego y el trabajo en equipo.  Sin embargo, muchas veces es visto por algunas personas como la válvula de escape para hacer todo lo contrario a lo que mandan las reglas, llegando incluso a darse algunas acciones violentas que son totalmente reprobadas. 

En el año 2014, un joven falleció en manos de una turba de un equipo contrario al que el chico apoyaba.  En el presente año, en el mes de junio se conoció también la brutal muerte de un árbitro de futbol en las canchas de un municipio aledaño a la capital.  Sucesos lamentables tanto para las víctimas como para los agresores. 

Es por eso que se considera importante que las autoridades inicien un plan formativo para mejorar las relaciones humanas en todos los espacios, principalmente aquellos donde lleguen a darse momentos de tensión o emoción, como lo es el deporte. Para quienes tienen acceso a esta columna, podemos aportar nuestro granito de arena, compartiendo esta publicación, hablando sobre el tema o incluso organizando a los vecinos para iniciar acciones que propicien una sana convivencia. Los que tengamos conocimientos que otros no poseen, compartirlos y así iniciar un proceso de sana transformación de nuestras formas de relacionarnos. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *