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EL MAESTRO DE CEREMONIAS: Una forma de hablar en público

 

Por Estela Saldain

Durante la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, los cambios en la industria de los eventos fueron absolutamente necesarios. Transformación fue sin lugar a dudas la palabra más nombrada durante este período, siendo la única oportunidad de subsistencia para emerger nuevamente. Los presentadores, moderadores, animadores y maestros de ceremonias, tampoco escaparon a ello. Debieron de adaptarse a la “nueva” normalidad, improvisando ante la inexistencia de pautas que determinasen cómo actuar en circunstancias de crisis sanitaria. Las ideas que circularon fueron muchas, incluso la desaparición del maestro de ceremonias tal cual se le conoce. Estas consideraciones del pasado, inspiraron esta nota sobre la importancia del rol que desempeña este comunicador.

Algunos conceptos como presentador, animador, moderador pueden parecer similares entre sí, sin embargo la RAE establece las diferencias y permite comprender mejor sus matices.

El presentador, según la RAE en su segunda acepción:  

“…persona que, profesional u ocasionalmente, presenta y comenta un espectáculo, o un programa televisivo o radiofónico… locutor, animador, conductor, showman”.

Por su parte cuando hace referencia al animador, en su tercera acepción señala: “… persona que presenta y ameniza un espectáculo de variedades”.

Cuando se habla de moderador, lo define en su segunda acepción: “…persona que preside y dirige un debate, una reunión, una mesa redonda, etc. Su papel consiste en ayudar a los participantes a tener la oportunidad de hacer sus aportes y guiar la plenaria a llegar a sus propias conclusiones, no es un papel de experto en la materia.”

El Maestro de Ceremonias

Es un facilitador que pone a disposición sus habilidades de comunicación, su cultura general, su voz y sus conocimientos de protocolo, para conducir o desarrollar un evento siguiendo un guion realizado previamente junto con el organizador.

Si bien puede entenderse que desempeña un rol protagónico, un buen profesional sabe que no fue convocado para ser el “centro de la fiesta”. Su trabajo es conducir eventos que coronen con total éxito y realcen el brillo de otros.

¿Qué hace a un maestro de ceremonias?

Él o ella debe de ser responsable, tener y mantener el control de lo que suceda durante todo el evento. Dotarlo del ambiente adecuado, para que el mismo fluya de acuerdo a lo pautado en el guion  y contribuir más aún, apuntando a la excelencia. Una sonrisa franca, apariencia impecable, buen ánimo, respeto. Tener flexibilidad para adaptarse a cualquier situación, así como agilidad mental para resolver cualquier inconveniente que surja en la marcha.

Este comunicador tiene un perfil que le permite cumplir con diversas funciones, facilitando su desempeño en los más variados escenarios: académicos, gremiales, institucionales, empresariales, religiosos. También algunos de los que no se asocian a la figura del maestro de ceremonias en Uruguay como, casamientos y funerales.

Sus funciones: La responsabilidad de lo que suceda antes, durante y después, recae en el maestro de ceremonias. Es la cara visible para todo el desarrollo del evento, incluso más que el propio organizador. Sus habilidades de comunicación y acción son puestas a prueba desde el primer encuentro que tenga con quien solicite su servicio. Allí, mantendrá una entrevista en la que  su objetivo será interiorizarse de la propuesta y aspiraciones de quien lo contrata. En segundo término, realizará las sugerencias que fuesen necesarias para obtener un evento totalmente exitoso. En una tercera etapa y luego de conocer las condiciones, el organizador y el maestro de ceremonias elaborarán de común acuerdo, el guion a seguir para cada instancia.

El día del evento se hará presente con anterioridad a la hora del inicio. El motivo,  verificar que todo el equipo de audio y luces funcionen en perfectas condiciones. También coordinar con el operador el lugar donde estará colocado su micrófono. Si usará un podio con jirafa o lo retendrá en su mano y realizar los ajustes necesarios para que la calidad del sonido, sea excelente.

Las funciones que deberá de cumplir comenzada la actividad serán: presentar a cada uno de los participantes destacando sus aptitudes y trayectoria. Ante cualquier consulta de los asistentes, deberá de asesorarlos y orientarlos. Generar y mantener el interés del público de principio a fin. Un maestro de ceremonias sabe cómo “tomarle el pulso” al evento, chequeando el estado emocional de los asistentes. De acuerdo a como se  esté desarrollando, ajustará sus intervenciones sin permitir que el buen ambiente decaiga. Deberá de respetar y cumplir con el protocolo del evento. Llevar a cabo el programa  tal cual se diseñó. Si surgen inconvenientes durante la realización, este comunicador estará preparado para sortear los obstáculos y coronar la jornada, como si nada hubiera sucedido fuera de lo planeado.

Un buen maestro de ceremonias debería…

Ser maestro de ceremonias es un trabajo muy exigente y estar preparado más allá de las cualidades naturales que se posean, será determinante. Una excelente cultura general, buen ejercicio de las Relaciones Públicas para interactuar con pequeños y grandes grupos, dado que la responsabilidad del bienestar y buen ánimo de los mismos dependerá  de su desempeño. Conocer las reglas del Protocolo en todo momento y aplicarlas,  también cuando deba de presentar a los expositores, invitados especiales, etc. 

Tener buena voz, expresarse correctamente y con buena dicción. Desde su voz, crear el ambiente a través de diferentes tonos, pausas, expresiones. Vale recordar, que no es suficiente tener buena voz sino que con la educación de la misma, podrá potenciar la presentación. Al tomar la palabra, deberá de hacerlo de forma elocuente, clara, concreta, objetiva e incluir el sentido del humor, si el evento lo amerita pero ¡con cuidado!, no abusar de él.

La discreción deberá de ser su carta de presentación, junto a la sensatez y la prudencia. Otra cualidad que debería de poseer un maestro de ceremonias, es ser detallista tanto en su trabajo frente al público como tras bambalinas y en su imagen personal. Si bien todos los aspectos hasta aquí mencionados son importantes, uno se destaca sobre los demás: la puntualidad. Es la cualidad de mayor relevancia a la hora de ser tenida en cuenta. Garantiza que quien realice el rol de la conducción podrá mantener el orden y ajustarse al timing. De esta manera, cumplirá con lo establecido en el programa y generará la sensación de: “¿ya terminó?, ¡estuvo excelente!” que todo organizador aspira, cuando el evento transcurrió de la mejor manera. 

Si bien al inicio de esta nota se hacía referencia a la desaparición del maestro de ceremonias, hoy se reafirma su importancia. Su trabajo asegura eventos realizados y conducidos desde el Protocolo, donde el orden, la inclusión, la organización, el brillo y el glamour son puestos en las manos de todos.

 

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