EL PALACIO BAROLO: SU PARTICULAR Y MÁGICO ENCANTO
Por Laura Norma Viña
El Palacio Barolo es el primer rascacielos de Latinoamérica, está ubicado en Avenida de Mayo al 1370 y es considerado una joya arquitectónica de la Ciudad de Buenos Aires. Este edificio icónico y emblemático, lleva el nombre de su primer propietario: Luis Barolo, un inmigrante textil italiano que prosperó en Argentina y que tenía el sueño de construir el edificio más alto de América del Sur como símbolo de su éxito y aporte al país.
El mismo, no solo es significativo por su osado diseño y por marcar un hito por su descomunal altura para la época, sino, porque además se convirtió en el edificio más enigmático de Buenos Aires, lleno de historias reales y fantásticas. La construcción en tan solo 4 años y con una inauguración casi desapercibida en 1923, está envuelta en un halo de mitos y misterios que trascienden su estructura, la que rompió con el estilo dominante de la época, como el Beaux Arts y desafió las normas de construcción, lo que le valió varias críticas, incluso hasta propuestas de demolición debido a su considerada elevación. A pesar de estas controversias, el edificio ha resurgido gracias a la popularidad de las leyendas sobre su construcción.
Diseñado por el visionario arquitecto Mario Palanti, a encargo del mencionado empresario, concibió el edificio con un estilo ecléctico, muy en tendencia a finales del siglo XIX y comienzos del XX que fusiona diferentes elementos de otras concepciones y épocas. Años más tarde, este arquitecto, erige su gemelo en Uruguay. La falta de planos originales del edificio, llevados a Italia por Palanti cuando salió de Argentina y la riqueza de detalles de la edificación, fomentaron diversas hipótesis y estudios. Este vacío también alimentó las especulaciones y los mitos sobre su construcción y propósito, incluyendo la supuesta conexión con la masonería, la cual es desmentida por varios expertos.
Más allá de su cautivante historia, el Palacio Barolo se ha convertido en un ícono cultural de la Ciudad de Buenos Aires, atrayendo a miles de visitantes cada año. Durante las décadas siguientes, esta monumental obra fue palideciendo. Ya, en los años 90, una teoría se convirtió en la historia fascinante que cobró vida: se dice que Palanti se inspiró para su diseño en «La Divina Comedia» para revivir el espíritu del Imperio Romano como predijeron Virgilio y Dante; por otra parte, Barolo planeaba traer las cenizas de Dante Alighieri a la Argentina para protegerlas de la guerra en Europa. Esto se explica, por qué los italianos Barolo y Palanti, pertenecían a una logia secreta (hermandad Fede Santa) y buscaban honrar a su coterráneo político y poeta.
Aunque esta historia nunca fue confirmada, fue atrayendo a miles de visitantes, transformando el Barolo en un mito viviente, por lo que ha sido declarado Monumento Histórico Nacional en 1995.
El edificio está cargado de simbolismo y detalles misteriosos que justificaría lo antedicho, a saber:
-Los 100 metros de altura y 22 plantas, lo hacen coincidir con los 100 cantos de la obra literaria, como así también, la estructura y la distribución espacial dividida en tres, como las tres partes del libro: El Infierno, El Purgatorio y El Cielo. Con nueve bóvedas de acceso que representarían los nueve pasos de iniciación y las nueve jerarquías infernales.
-Las columnas y los arcos hacen referencia a la arquitectura renacentista italiana, mientras que las esculturas y los relieves representan personajes y escenas del poema, como las criaturas míticas y simbólicas, de significados alegóricos y representativos de aspectos humanos como el alma, las virtudes y los vicios, entre otros conceptos que aparecen en el relato del viaje de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por el poeta romano Virgilio.
– El vestíbulo principal presenta símbolos astrológicos, arriba con la disposición de las lámparas representando al Cosmos, forman los doce círculos del zodíaco y debajo, en el piso, donde hubiesen ido las cenizas de Aligheri, se encuentra la bandera de la República de Milán, en honor al poeta.
-La estatua «La Ascensión», representada por un cóndor con sus alas desplegadas, cargando en su lomo a un hombre moribundo, simboliza el viaje del alma hacia la divinidad. Estaba destinada originalmente a contener las cenizas de Dante, pero desapareció por décadas y fue hallada en un anticuario de Mar del Plata, agregando otro capítulo a su enigmática historia. Un comentario popular afirma que la estatua fue rescatada particionada en su base y que los motivos pudieron haber sido para confirmar su contenido. La escultura que está exhibida actualmente en el hall central, en dirección directa a la cúpula o “Cielo”, es una copia de la original. Por una creencia agorera, se ha popularizado frotar la cabeza de la esfinge alada para atraer la buena suerte, por lo que cada visitante, al ingresar al palacio, es invitado a realizar este rito.
-Uno de los elementos más icónicos del Barolo es su faro en la parte superior del edificio. Originalmente estaba diseñado para girar y proyectar luz hacia el Río de la Plata, simboliza la búsqueda de la verdad y sabiduría, así como la ascensión espiritual del alma hacia la divinidad, temas centrales de la «Divina Comedia». Permaneció inactivo por 40 años y se dice que se reactivó para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial y para el Bicentenario de Argentina. El arquitecto Fernando Carral, encargado de su restauración, destaca la vista única desde el faro, que permite identificar hasta 60 cúpulas en la ciudad. Este faro sigue brillando cada noche, simbolizando la luz que guía a los navegantes urbanos.
De estos mitos, radica la importancia para la conservación de este patrimonio. La veracidad de las historias es secundaria si ayudan a valorar y mantener edificios históricos como el Barolo.
En base a todo lo referido, opino que este monumento a la imaginación, la literatura y la arquitectura, fusiona la realidad con la fantasía y la filosofía con el arte. Su construcción y simbología lo convierten en un tesoro cultural e histórico, tanto para Buenos Aires como para el mundo entero. Cuidemos su belleza y legado imperecedero.