LA ECONOMÍA DIGITAL EXIGE TRANSPARENCIA: ¿ESTÁ TU EMPRESA COMUNICANDO CON RESPONSABILIDAD?
Por Sandra Orjuela Córdoba
La nueva economía, impulsada por la digitalización, la globalización y la creciente demanda de sostenibilidad, ha reformulado los parámetros bajo los cuales operan las organizaciones. En este contexto, la comunicación adquiere una dimensión estratégica fundamental. Desde los postulados de la Nueva Teoría Estratégica (NTE), es crucial comprender que la comunicación ya no se limita a ser un simple canal de transmisión de información, sino que se ha convertido en un eje central para la creación de valor, la construcción de legitimidad y la consolidación de vínculos con los grupos de interés.
Este artículo examina cómo la comunicación responsable, entendida desde los fundamentos de la NTE, no solo optimiza la reputación corporativa, sino que fortalece las dinámicas relacionales y permite a las organizaciones enfrentar los desafíos de un entorno complejo y en constante cambio.
La Nueva Teoría Estratégica: una comunicación relacional y co-creativa
La NTE plantea que la estrategia no es una mera herramienta para maximizar la eficiencia operativa, sino un proceso relacional que se basa en la co-creación de valor con los diferentes públicos. En este sentido, la comunicación se transforma en un proceso bidireccional y dialógico, en el que la organización interactúa de manera continua con sus grupos de interés para construir significados compartidos y objetivos comunes.
Bajo esta perspectiva, la comunicación responsable implica un compromiso con la verdad, la transparencia y la equidad, principios que resultan esenciales para mantener la confianza y la legitimidad en la nueva economía. Las organizaciones que adoptan una visión relacional de la estrategia comprenden que su supervivencia y éxito dependen no solo de los resultados financieros, sino de la calidad de las relaciones que mantienen con empleados, clientes, inversionistas y la sociedad en general.
Comunicación Responsable: pilar de la legitimidad organizacional
En la nueva economía, caracterizada por la inmediatez de la información y la creciente influencia de los consumidores y otros públicos, la legitimidad organizacional se ha convertido en un activo clave. La legitimidad, desde la perspectiva de la NTE, se construye mediante la comunicación responsable, que refuerza la percepción de la organización como un actor ético, coherente y comprometido con el bienestar social y ambiental.
Este enfoque va más allá de la simple gestión de la reputación. La comunicación responsable se convierte en un vehículo para generar confianza y credibilidad, permitiendo a la organización adaptarse a las expectativas cambiantes de sus públicos. Los líderes empresariales deben reconocer que en la nueva economía, la autenticidad y la transparencia no son opcionales; son elementos imprescindibles para consolidar la legitimidad y evitar la erosión de la confianza.
La coherencia estratégica en la comunicación
Uno de los principios clave de la NTE es la coherencia estratégica, que sostiene que todas las acciones de la organización, incluidas sus prácticas comunicacionales, deben estar alineadas con su misión, visión y valores. En la nueva economía, donde los consumidores y otros stakeholders tienen un acceso sin precedentes a la información, cualquier disonancia entre lo que una empresa dice y lo que realmente hace puede tener consecuencias devastadoras para su reputación y desempeño.
La comunicación responsable, desde esta óptica, exige que los mensajes sean no solo claros y veraces, sino coherentes con las acciones reales de la organización. Por ejemplo, una empresa que promueve su compromiso con la sostenibilidad debe asegurarse de que sus procesos productivos, decisiones de inversión y políticas internas respalden ese compromiso de manera tangible. La coherencia estratégica fortalece el vínculo entre la organización y sus grupos de interés, consolidando una relación basada en la confianza mutua.
Comunicación y creación de valor relacional
La NTE enfatiza que la creación de valor no es unidimensional ni exclusivamente financiera. Más bien, el valor relacional emerge como un componente fundamental en la nueva economía. Este tipo de valor se genera a través de interacciones significativas y colaborativas con los stakeholders. La comunicación responsable es el vehículo que facilita estas interacciones, permitiendo que la organización no solo responda a las expectativas de sus públicos, sino que co-construya con ellos soluciones y oportunidades para el futuro.
Las organizaciones que aplican los principios de la NTE comprenden que los públicos no son receptores pasivos, sino actores clave en la definición y desarrollo de la estrategia organizacional. Al involucrar activamente a estos públicos en el proceso de toma de decisiones a través de una comunicación abierta y participativa, las empresas no solo fortalecen sus relaciones, sino que también incrementan su capacidad de innovación y resiliencia ante los desafíos de la nueva economía.
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