Comunicando en TIEMPOS HÍBRIDOS
Por Sandra Orjuela Córdoba
Los tiempos de pandemia, generaron revisiones y nuevos esquemas en cuanto a nuestra vida personal y laboral generando retos y oportunidades, para la creación de nuevas realidades y resignificaciones organizacionales.
El teletrabajo emergió con fuerza, como una posibilidad de salvaguardar el bienestar y la salud de las personas y se ha convertido en uno de los términos que más escuchamos en las conversaciones habituales, por lo que urge aclarar qué es el teletrabajo y diferenciarlo del home office y del trabajo remoto que aunque parezcan sinónimos, no los son.
El teletrabajo se entiende como una forma de organización, basada en la ejecución de funciones laborales apoyadas en las tecnologías de la información y la comunicación. Estos empleados deben contar con las mismas condiciones laborales y derechos de los colaboradores presenciales, además que la organización está en obligación de suministrarles las herramientas para cumplir con su trabajo de forma adecuada, así como gozar de todos los beneficios legales, recibir inducción, formación y capacitación.
El home office o trabajo en casa en la mayoría de nuestros países no implica una modalidad contractual, pues no involucra una modificación del lugar de trabajo y en varias ocasiones es utilizado en las organizaciones como un programa de beneficio extralegal, como parte del salario emocional o como programas de RSE en el marco del balance vida-trabajo.
En cuanto al trabajo remoto en general y el móvil en especial se entiende por el primero aquel que se realiza de manera deslocalizada de la empresa, en el domicilio propio o en otro espacio que se seleccione para ello; mientras que el segundo supone que no se tenga un lugar de trabajo fijo o pre-establecido y que este se realice a través de dispositivos móviles y que por sus funciones deben ausentarse frecuentemente de la oficina, el empleador tiene el deber de suministrarles dichos dispositivos electrónicos.
Veamos algunas estadísticas actuales sobre el trabajo híbrido, según https://findstack.com/:
– El 16% de las empresas del mundo son 100% remotas.
– El 44% de las empresas no permiten el trabajo a distancia.
– Un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal es la razón principal por la que las personas eligen trabajar de forma remota.
– El 77% de los trabajadores remotos dicen que son más productivos cuando trabajan desde casa.
– El 85% de los gerentes cree que tener equipos con trabajadores remotos se convertirá en la nueva norma.
– El 74% de los trabajadores dice que tener la opción de trabajar de forma remota, los hará menos propensos a dejar una empresa.
– Los tres mayores desafíos asociados con el trabajo remoto son: desconectarse después del trabajo (22%), la soledad (19%) y la comunicación / colaboración (17%).
La comunicación tendrá que encontrar los caminos que permitan reconstruir la misionalidad de las organizaciones, desde las conversaciones de valor, la negociación y el consenso, a través del mejor uso de la tecnología y sobre todo al servicio de la persona donde no es objeto, sino sujeto de la estrategia.
En un entorno laboral donde la ausencia del contacto físico y la lectura del lenguaje corporal tendrá que ser suplido por el diseño de mensajes audiovisuales y donde el tono de voz, sus cadencias y calidez toman el protagonismo en buena parte de la comunicación, para transmitir la humanidad, su emoción y cercanía; mensajes sencillos, precisos y oportunos, que contribuyan a suplir la ausencia del contacto presencial, con lo cual las videoconferencias son vitales para crear espacios de encuentro, diálogo y escucha, donde se priorice la atención en los casos de colaboradores a los que se les dificulte hablar, comunicarse, expresar sus ideas y emociones; siendo todo ello fundamental para generar el espíritu de equipo, colaboración, camaradería y compromiso.
El teletrabajo se ha instalado en las organizaciones como una nueva realidad lo que lleva a redefinir la cultura corporativa fruto de la situación post-pandemia, donde la confianza hacia los trabajadores se consolide, así como las decisiones basadas en el propósito, la ética y los valores. Los modelos relacionales y de conexión humana, se deberán adecuar a los cambios que se están generando, ya que se tendrá una relación más mediada y menos física, la pantalla será el canal rutinario de contacto exigiendo una comunicación totalmente inclusiva y segmentada más que nunca de acuerdo al perfil y dinámicas laborales de cada trabajador, ya que este tendrá que adaptarse a un sistema donde prime su autogestión y mayor responsabilidad para el cumplimiento de sus tareas y logro de metas y resultados; la cercanía desde la distancia será la premisa que marque a la comunicación aportando al trabajo y co-creación en remoto, donde no implique impedimento para el trabajo colaborativo y en equipo, el desarrollo de la creatividad, la afinidad desde los valores, basados en la confianza y el propósito organizacional.
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